Valencia: 1
Atlético de Madrid: 0
Si el partido de ayer hubiera sido una competición con el criterio de a ver quién sube la pelota más alta o quién la pega más fuerte, el Atleti hubiera ganado el partido por goleada. Pero da la casualidad de que en este deporte suele ser más eficaz ir pasándose la pelota entre compañeros, si es posible a ras de césped, hasta que uno del equipo logra disparar a portería, contaria, se entiende. Y en alguno de estos intentos hasta se puede conseguir un gol y todo.
Pero, cuando en el Atleti la defensa, ataca, el centro del campo, ni crea, ni destruye, ni se transforma, y a los mejores del equipo que son los delanteros se les envían ráfagas de sandías en vez de balones, pues de eso de meter un gol, ni hablamos.Al que inventara la frase de: prefiero jugar mal y ganar, habría que cogerlo y callarle la boca para que no hablara más. ¡Cómo si fuera incompatible jugar bien y ganar! Yo no sé quien fue el primero que la dijo, pero enseguida los mediocres se acogieron a ella para justificar lo imposible, jugar al fútbol sin jugar al fútbol.
Este deporte es un espectáculo cuando se juega de verdad, como los toros cuando hay un torero que se arrima, pero cuando se juega como lo hizo ayer el Atleti, se hace insufrible. Me pasé la segunda parte con la cabeza entre las piernas, con las manos sobre la cabeza, removiéndome en la silla del bar, porque es que no creía lo que estaba viendo: Pernía, un sólo acierto en todo el partido, Reyes, un "pasao" que nos ha costado 12 millones, Luis García con más miedo que vergüenza, Maxi, que no parece el mismo después de la grave lesión y, por fin Pablo que de nuevo se convirtió en el mejor atacante del equipo contrario despejando al centro del área mejor que si la hubiera cabezeado Helguera. ¿No se dio cuenta de que si agachaba la cabeza el balón salía fuera? Y, Agüero y Forlán, cual si de Fernando Torres se tratara, más solos que Tarzán en la selva, después del accidente de avión.
Con decir que los únicos que se salvaron fueron Valera y Falcón, pues está dicho todo. Por cierto, Aguirre podría plantearse poner de titular a Falcón el próximo partido. Pero, no se atreverá, seguro.
Cierto es que Clos Gómez la volvió a liar, porque las dos tarjetas de Motta fueron invenciones de un tipo que entiende de fútbol, lo que yo de ornitología, pero eso ya lo sabíamos.
Como yo no creo que sea preferible jugar mal y ganar, sino que es mucho más recomendable jugar bien y ganar, el sentimiento que tengo es que de seguir en esta línea descendente que ha cogido el Atleti en los últimos partidos, no vamos a ninguna parte, bueno sí a la mediocridad más absoluta que es lo peor que nos puede pasar.
A pesar de todo: ¡Forza Atleti! ¡Siempre!.
Etiquetas: Aguirre, Atleti, Atlético de Madrid, Copa del Rey, Falcón, Kun Agüero, Luis García, Maxi, Motta, Pablo, Pernía, Torres, Valera


Hoy estoy completamente de acuerdo contigo. No es normal que estemos haciendo cábalas con el resultado, no del todo mal, y alegando que el equipo se concentró para evitar más goles cuando no se vió ningún apunte de fútbol sobre el césped.
Ya no ocasiones, ni mucho menos. Tampoco hubo llegada, ni desmarques... parece que les quema el balón en los pies. Salvo Agüero no se les ve cómodos con la pelota. Y eso es preocupante.
Un beso
Helena